Hace poco Colombia sorprendió al mundo por haber elegido por primera vez a un candidato de la izquierda cómo presidente y se llama Gustavo Petro y no solo llamó la atención su inclinación política sino que formó parte de un grupo guerrillero colombiano, del grupo M-19. En un país en el que la guerrilla junto al narcotráfico han logrado destruir más que construir a una Nación que ha puesto en su presidente la suficiente confianza para que este reforme su país, al menos ese es el mandato.. La primera que pretende es reformar el ejército y su modelo de defensa.
Una vez lograda la independencia, la Constitución de Cúcuta de 1821 creó formalmente las Fuerzas Armadas de la Gran Colombia dentro de un solo ente administrativo, la «Secretaría de Marina y de Guerra», bajo la dirección del general Pedro Briceño Méndez.
201 años después de su creación las fuerzas armadas colombianas tendrán un nuevo rostro y funciones establecidas por el ejecutivo colombiano que desde hace poco está comprometido con reformas que sirvan para dar y asegurar la paz en un país destacado no solo por su oferta cultural sino también por la violencia y sus efectos en las comunidades de un país que lloran a sus pérdidas. Se verá en el terreno que efecto surte en la práctica en un paìs donde los uniformados jugaron un rol trascendente en el proceso de paz al que se vieron obligados los guerrilleros por efecto de la respuesta armada del Estado.
Ante la existencia de serios problemas creados tanto por la guerrilla y narcotráfico la ambición declarada de Gustavo Petro es garantizar la paz. Una palabra que no solo debe existir en músicas, textos u otras expresiones artísticas sino sobre todo entre la ciudadanía que espera tener real seguridad de sus fuerzas de seguridad e integridad, policías y militares. Muchas veces por ser corrompibles no otorgan una sólida y sostenida seguridad, tan anhelada por el colombiano que desde ahora quiere estar seguro que tendrá un ejército reformado para enfrentar bien todo lo que atente la seguridad del ciudadano.
Reformar o perecer
Las palabras del presidente Petro describen las intenciones de sus reformas que son; que “la seguridad se mide en vidas salvadas y no en el número de muertos” y “el ejército debe convertirse en un ejército de paz” .
Con esto el primer mandatario colombiano busca fortalecer y asegurar para el poblador de un país rico en cultura y producción de alegría que desea continuar haciendo que este ritmo siga oyendo y viendo gracias a la existencia de una armonía, concordia y calma social, que es posible tener y asegurar con unas fuerzas armadas, preparadas y comprometidas para responder bien a las necesidades de su país.
Esto quizás pueda servir cómo inspiración a otras naciones del mundo que continúan buscando buena utilidad a sus fuerzas armadas para que estas no representen un gasto a sus gobiernos y los ayuden para el bien social asistiendo correctamente a la población. Nuestro paìs también requiere una reforma del sector castrense donde los escándalos del general ladrón bagatelario la ha golpeado severamente en una imagen desdibujada y pobre. Reformar o perecer parece ser el mandato..
