Comentario 3×3
Por Benjamín Fernández Bogado
Cada vez que hay un cambio de ministro mucha gente cree que las cosas van a cambiar por arte de magia. Un ministro en realidad se corresponde a un plan de Gobierno y a un equipo liderado por el jefe del Ejecutivo, el presidente de la República, si no existe una clara conciencia de lo que habría que hacer, es impensable que una persona cambiada por otra va a sustituir por completo la ecuación desde el manejo de la agricultura, en este caso en particular.
El Paraguay ha tenido un gran despegue en la llamada agricultura mecanizada que ha tenido un impacto social enorme con la migración de millones de paraguayos del campo a la ciudad con todo el crecimiento de la marginalidad, la delincuencia y las situaciones complicadas que pasan muchos de nuestros compatriotas en pequeñas, medianas y grandes ciudades por efecto de este fenómeno.
Hay que recuperar la economía campesina fuertemente golpeada y una de las causales de este proceso migratorio intenso que hemos padecido los últimos años, para eso hacen falta políticas que hagan que lo que se produzca en estas fincas familiares sean consumidas como mínimo por un mercado cautivo que es el que compra estos productos para la elaboración de comidas en las escuelas, en los cuarteles, en las comisarías, en los lugares públicos donde hay muchos productos para la cocción de alimentos. Habría que tener más imaginación, esperemos que la misma que tuve el bisabuelo del actual titular del Ministerio de Agricultura, sea el eje dominante en esta gestión, pero para eso hace falta también cambiar la mentalidad del técnico.
