Según los últimos datos del Pronasida aproximadamente unas 6.500 personas saben que tienen el virus, pero no se tratan. Esto quiere decir que estás personas se realizaron la prueba del VIH y dieron positivo, sin embargo no se acercaron a recibir el tratamiento. El ministerio de salud pública entrega los medicamentos y las consultas de forma gratuita.
La mayoría de las veces esto ocurre por miedo al virus provocado por el estigma y la discriminación. Al no recibir tratamiento adecuado estás personas pueden llegar a desarrollar el sida, que es cuando las defensas bajan y las enfermedades oportunistas actúan en el organismo. Esta situación es en la actualidad totalmente prevenible, las personas con el VIH que reciben tratamiento viven toda la vida de forma saludable, inclusive mejor; ya que acuden regularmente al médico, tienen el esquema de vacunación al día, hacen ejercicios, se alimentan de forma adecuada y viven una vida normal, y lo más importante de todo es que con los avances en el tratamiento, se vuelven indetectable y por lo tanto ya no transmiten el virus.
El estigma y la discriminación ya no va de la mano con el tratamiento, hoy en día vivir con VIH, ya no es sinónimo de muerte como lo era al inicio de la pandemia, por ese motivo es importante hacer énfasis en que estás personas deben recibir tratamiento y acercarse a los servicios de salud del Pronasida. Detener la infección es responsabilidad de todos, el virus no discrimina entre hombres y mujeres, todas las personas que tienen relaciones sexuales sin protección están expuestos. Recordemos que el VIH no te mata, lo que si mata es la discriminación, porque anula a las personas y las aleja del tratamiento y servicio de salud. Usemos protección en todas las relaciones sexuales y acudamos a realizar la prueba del VIH al menos 3 veces al año.
