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Prosperidad compartida en chino

China, el gigante comercial, donde dicen que un rico es “una persona gloriosa” aunque tenga el dogma comunista de su fundador Mao  en contraposición, ahora emprende la tarea de redistribuir la riqueza.

China donde se originó el covid está ahora  con la agenda  de lidiar con sus multimillonarios sacándoles recursos para distribuir entre segmentos incapaces de alcanzar el nivel de clase media.

Xi Jinping  su líder quien buscará ser reelecto busca implementar una estrategia para lograr que agricultores y familias trabajadoras asciendan en ingresos salariales . Uno de los países más grandes del mundo ahora concentra su atención en hacer que los magnates chinos compartan por presión del gobierno  su  riqueza con el resto del país.

En momentos previos a sus elecciones presidenciales es habitual que el elector escuche promesas políticas que pretendan mejorar su calidad de vida. Mejorando  la educación, las viviendas y la atención médica serán menos costosas y habrá una disponibilidad más uniforme de servicios fuera de las grandes ciudades. Para todo eso se necesitan recursos y el gobierno chino está dispuesto a sacarle recursos a los mas ricos.  También prometen un aumento en los ingresos de los trabajadores, con lo cual ayudarán a garantizar que más personas asciendan a la clase media.

Hay expertos que cuestionan las cifras y también las mediciones, ya que en China la pobreza extrema se define por unos ingresos anuales de menos de US$620, es decir US$1,69 al día, en comparación con el umbral de US$1,90 del Banco Mundial.

Una China aun muy desigual
Esta realidad es la que pretende cambiar Xi Jinping  quien ocupa su mente y tiempo además de otros problemas que pueden tener países de su envergadura. Los números hablan por sí solos; Se considera que cerca de 4,3 millones de niños viven en condiciones de pobreza extrema; además, se calcula que cerca de 9 millones de niños son “desfavorecidos”.

Según el presidente Xi además de tener a una gran cantidad de pobladores bajo riesgo, lo que se encuentra en juego es el  futuro del partido comunista que en medio de esta realidad se encuentra replanteando sus ideas originales que hoy guardan escasa relación con la realidad.

El programa de cambios en las políticas económicas se titula “prosperidad compartida” que plantea medidas estrictas en contra de los gigantes tecnológicos del país para contener su dominio.

El mundo con el tiempo no deja de consumir y para eso precisa de la mano de obra que satisfaga sus necesidades. Aquí es donde China se hace presente siendo la mano de obra del consumismo tecnológico. Esto obedece a su línea de pensamiento y trabajo ya que China es uno de los principales exportadores de tecnología en el mundo. Desde finales de los años setenta ha seguido una estrategia tecnonacionalista: inversión en investigación y desarrollo, planificada desde el Estado en conjunto con sus campeones tecnológicos, para reducir su dependencia de tecnologías extranjeras.

Lo que ahora por no haber tenido control del crecimiento del mercado se encuentran no solo frente a la destructiva covid sino a la desigualdad. Los comunistas chinos no son tontos. Saben muy bien que si no redistribuyen los ingresos de sus mas ricos  el futuro de muchos está puesto en riesgo.

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