Las cuestiones de salud y educación deben figurar como los grandes elementos prioritarios de cualquier país.
Ahora tenemos manifestaciones de médicos que solicitan un incremento en sus emolumentos y también una regulación de la carga horaria. Afirman que desde hace más de 10 años le han prometido que esto sería resuelto, pero no lo han hecho, y han decidido volver a parar el sistema sanitario ahora que los números del covid han bajado.
En el tema de los maestros pasa una cosa igual, le han prometido una cantidad determinada pero, sin embargo, no han cumplido.
Todas estas cuestiones se hacen en el ánimo -pareciera- de mostrar músculos o la capacidad de hacer que manifestaciones populares de maestros y de médicos sean descomprimidos con alguna promesa que posteriormente no se cumplirá y volverán de nuevo a lo mismo, manifestaciones, negociaciones, promesas y todo continúa igual.
Parece que estas cuestiones tendrían que ser de prioridad, y tendrían que ser llevadas adelante por gobiernos que realmente entiendan la trascendencia de un maestro y un médico y que tenga autoridad moral para organizarlos de forma tal a que no solamente se les conceda derechos, sino también se les exija el cumplimiento de sus deberes.