La lógica en el precio de los combustibles hasta ahora es inentendible para muchos y con razón, en realidad nos deberían decir de que esto es primero un gran negocio de aquellos que se dedican a la distribución de estos productos, segundo de que hay grandes intereses internacionales que se mueven después de dos años de pandemia en que prácticamente el crudo se regaló, estuvo por los suelos, al punto de que tuvieron que distribuir de manera absolutamente no gravosa, debido a que no podían seguir manteniéndolos en stock, por el otro lado también existen dudas en torno a cómo se establece el esquema de los precios. Cuando se incrementan los precios internacionales de manera drástica, inmediatamente todas las gasolineras que tienen costos diferenciados entre sí incrementan el valor al mismo tiempo y por el mismo precio, se convierte inmediatamente en un oligopolio.
Petropar ha tratado de romper esa situación teniendo emblemas propios, y también comprando de manera directa, pero también, sigue aplicando el mismo rol y el mismo esquema de las gasolineras privadas cuando suben los precios, inmediatamente se incrementan, cuando bajan, no lo hacen hasta que acabe el stock. Además de todo eso, hay altos impuestos que se aplican a los combustibles y que representan un fuerte ingreso al fisco y el Estado no está dispuesto a ningún tipo de sacrificio en este campo, nadie está pensando en el que es el sujeto central de toda esta discusión, el usuario, aquel que consume y que tiene que pagar cada vez más por un combustible generalmente de muy mala calidad de paso, pero también con una variable de precios que no tiene lógica.
