@DivaAvilaO
Una empresa tiene posición dominante cuando es capaz de actuar de manera independiente de sus competidores, proveedores, distribuidores, clientes, e incluso del consumidor final; de tal manera que puede aumentar o bajar los precios, modificar volúmenes de producción, limitar la calidad de los productos o servicios que oferta, establecer condiciones comerciales inequitativas, limitar el desarrollo, etc.; con total autonomía.
La posición de dominio en sí misma no es ilegal o ilegítima pues puede ser resultado de decisiones empresariales adecuadas, trabajo, innovación tecnológica, etc. Sin embargo, esta posición dominante viene acompañada de una gran responsabilidad, pues el comportamiento de una empresa que la ostenta puede incidir de manera lesiva en el mercado; es por ello que es considerada como práctica ilegal y anticompetitiva el abuso de la posición dominante, para perjudicar al mercado, a los competidores o a los consumidores.
En la demanda presentada esta semana en contra de Google por el Departamento de Justicia de los Estados Unidos, se lo acusa de abusar de su posición dominante al suscribir varios acuerdos comerciales de exclusividad con la finalidad de bloquear a sus competidores, estos contratos incluyen pagos millonarios a Apple con la finalidad de que este establezca a Google como motor de búsqueda predeterminado en todos los iPhone.
Este es solo un ejemplo, pero este tipo de casos no son fáciles ni rápidos de resolver en ningún país del mundo, pues en primer lugar se debe probar la posición dominante y en segundo, la práctica anticompetitiva; sin embargo son de gran importancia pues generan esperanza y aliento para los nuevos emprendimientos que necesitan de espacio y reglas claras para establecerse y generar competencia efectiva, de manera que en el mercado existan varias alternativas que compitan por ganar la elección y fidelidad de los consumidores mejorando precio y calidad.
