El Paraguay está en plena actividad electoral, tanto como el ejecutivo como los demás actores de la política nuestra, enfilan sus interés a quien va ser el electo para presidente o los miembros del congreso. Estamos perdiendo mucho tiempo en varias cuestiones importantes, prácticamente un año y medio de este ejecutivo se ha tirado a la borda por el tema de la cuestión electoral que tiene plazos establecidos en el Tribunal Superior de Justicia Electoral que no se cumplen.
Ahora tenemos un vicepresidente de la República que hace campaña todos los días sin importarle el grado y el lugar que tiene dentro del ejecutivo, solo porque dice que desde allí puede tener mucha mayor implicancia su labor electoral que si estuviera renunciante, que es lo que le pide la norma establecida para el caso particular de el que quiere ser candidato y que está fijado para octubre.
En realidad perdemos mucho tiempo en cuestiones electorales, y cuando sube un presidente entre el tiempo que le toca aprender a gobernar, y el tiempo que termina más o menos sabiendo lo que tiene que hacer, en realidad podemos decir de que un presidente del Paraguay solo gobierna dos años, el resto se pierde en el aprendizaje y en lo electoral.