Se vienen meses bastante inestables en el país, con un Gobierno que se va, con una situación política candente -que sube de punto- y con una circunstancia en la que el Presidente pretende salir del país, como sea, para no asumir los grandes compromisos que supone dicha tarea y función.
Es el comienzo de lo que los norteamericanos denominan el “pato paralítico”, aquel que ya no puede caminar por sus propios pasos y tiene que estar a los arbitrios de lo que acontece afuera, tratando de calmar las aguas, procurando que su candidato llegue a ganar las internas y las presidenciales, cosa que no ha acontecido nunca en democracia, y buscando la sociedad paraguaya opciones y alternativas renovadas que realmente nos hagan ver un país diferente y que no llegue en las condiciones en las que está llegando el gobierno de Abdo.
Le ha faltado carácter, disciplina, vocación, voluntad, deseos de ser un verdadero presidente del Paraguay, y los costos empezamos a pagarlos todos.