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Partidos políticos en crisis

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Hay que reconstruirlos como instancia previa de la buena gobernanza

Hubo un tiempo, no demasiado lejano, en que los partidos políticos funcionaban como una instancia superior de debate de ideas antes de pasar a la siguiente etapa de definición de candidaturas y la correspondiente lucha electoral.

Fue la época en que auténticas convenciones partidarias convocaban a compromisarios que llevaban las inquietudes de las bases, se exponían prioridades y se escuchaba a las mejores mentes capaces de despejar dudas, proponer caminos y concertar aquellas cuestiones de impostergable abordaje.

¿El mejor de los mundos posibles? ¿Qué eran, asambleas políticas o cónclaves de monjes benedictinos?

No estamos hablando de un mundo perfecto, sino de un mundo posible, en el que debería reinar el saludable habito de escuchar antes de actuar, de dar paso al debate argumentado, de respetar pareceres aunque no se los comparta. Y sobre todo, que se haga un culto anteponer el interés general sobre el particular, aunque lleve tiempo determinarlo y llevarlo a la acción.

En la ley electoral, la convención sigue existiendo como mecanismo articulador de gobernanza partidaria. Pero se la ha despojado del efecto vinculante que tenían sus decisiones, vaya paradoja, durante los periodos más salvajes de la dictadura. Hoy, el cacicazgo y la billetera abultada han reemplazado la idea, la propuesta y el liderazgo surgidos de las mejores tradiciones de la democracia representativa.

Tal vez sea por eso que vemos desfilar por los órganos de representación popuar tal cantidad de improvisados, ineptos y sobre todo, torpes voluntariosos, categoría en la que militan quienes, ignorando estar totalmente equivocados, siguen adelante heroicamente hasta consumar su extraviado propósito. En la guerra, eso equivale a una derrota. Y en la política, nos lleva al desastre.

El arte de gobernar a través de la representación popular ha sido devaluado desatando una potente ola de rechazo. Los ciudadanos creen cada vez menos en la democracia. Por lo tanto es responsabilidad de los partidos políticos y sus dirigencias reconstruir esa confianza y devolver a los partidos políticos su condición inalienable de ser instancias previas de debate y de concertación de ideas en beneficio de la ciudadanía y para el fortalecimiento de la República.

Seguir en la ruta actual es malversar la mejor de las oportunidades que hemos tenido a mano.

Equipo Periodistico
Equipo Periodistico
Equipo de Periodistas del Diario El Independiente. Expertos en Historias urbanas. Yeruti Salcedo, John Walter Ferrari, Víctor Ortiz.