El hacinamiento en las cárceles es un problema que se ha generado desde hace años, y técnicos la vinculan principalmente con el abuso de las medidas de prisión preventiva por parte de los actores judiciales, tanto desde el Ministerio Público a la hora de solicitarlas, como desde los Juzgados de Primera Instancia, donde se ordenan la privación de libertad de los procesados.
En el estudio “Violencia en el encierro – Racionalidades de la prisión preventiva en Paraguay”, coordinado por Juan Martens y Roque Orrego, se destaca que nuestro país es uno de los países del mundo con mayor población penal sin condena.
Si bien, con las actuales administraciones del Ministerio de Justicia y del Ministerio de la Defensa Pública se ha realizado un arduo trabajo para disminuir el hacinamiento en las cárceles, la situación sigue siendo delicada, justamente porque la reducción del uso excesivo de las medidas de prisión preventiva no ha sido suficiente.
Según los datos oficiales, en Paraguay tenemos 19 centros de privación de libertad para personas mayores de edad, y entre todos tienen una capacidad de albergar a 9.492 personas. Sin embargo, actualmente la población penal adulta llega a 14.844, es decir, se supera el 56% de la capacidad del sistema penitenciario.
El informe del Ministerio de Justicia detalla que las tres cárceles con mayor porcentaje de hacinamiento son el penal de Emboscada Antigua, que tiene una capacidad para 408 internos pero hay 1.317 privados de libertad en el lugar.
En segundo lugar se encuentra la Penitenciaría Regional de San Pedro, cuya capacidad es de 296 pero alberga a 1.120 presos y en tercer lugar la Penitenciaría Nacional ubicado en el barrio Tacumbú de Asunción, cuya capacidad es de 1.530 pero tiene a 2.277 internos tras las rejas.
De los 19 centros penitenciarios que administra el Estado, solamente cuatro de ellos no superan su capacidad, y estas son la Penitenciaría de Mujeres Casa del Buen Pastor, Granja Itá Porá, Nueva Oportunidad y la Unidad Penitenciaria Industrial Esperanza.
ABUSO DE MEDIDAS
En “Violencia en el encierro – Racionalidades de la prisión preventiva en Paraguay”, investigadores sostienen que son varios los factores que influyen en el abuso de la prisión preventiva, entre los que destacan a los medios de comunicación, los operadores políticos, y el miedo de los jueces y juezas a la destitución.
Además, señalan que al excesivo uso de la medida de prisión preventiva y su aplicación fuera del marco de la ley, las circunstancias de su cumplimiento son violentas y privan de varios otros derechos, poniendo en riesgo de manera permanente la vida e integridad personal de las personas recluidas.
Según el informe del Ministerio de Justicia sobre la población penal hasta el 6 de agosto del 2021, el 76,8% de las personas privadas de libertad están tras las rejas cumpliendo la medida de prisión preventiva por orden judicial. Estamos hablando de 11.395 personas que no tienen condenas.
En Paraguay solamente el 23,2% (3.448 personas) de los internos de los centros penitenciarios tienen una condena firme.
PROYECTOS
Como parte de fortalecer las políticas penitenciarias, combatir el hacinamiento y proyectar que poblaciones condenadas estén separadas de la población penal con medidas de prisión preventiva, el Ministerio de Justicia ejecuta la construcción de nuevos centros penitenciarios modelos.
Las unidades de alta seguridad en construcción son una en Minga Guazú, departamento de Alto Paraná y dos en Emboscada, departamento de Cordillera y una vez habilitadas estas nuevas sedes, que contarán con capacidad de albergar hasta 1.320 personas cada una.
Pero más allá de las estructuras edilicias, el Ministerio de Justicia proyecta que estas unidades penitenciarias cuenten con programas especiales con un enfoque de intervención interdisciplinaria que ayudarán a los internos a lograr una efectiva reinserción social.
CIFRAS
76,8% de la población penal en Paraguay se encuentran cumpliendo la medida de prisión preventiva por orden judicial.
3.448 son las personas que se encuentran dentro del sistema penitenciario cumpliendo una condena judicial.
