
Por: Alfredo Schramm
La corrupción administrativa en Paraguay representa un desafío estructural que afecta el desarrollo económico, la confianza en las instituciones y la calidad de vida de sus ciudadanos.
Aunque el país ha avanzado en la transparencia en los últimos años, persisten prácticas como el clientelismo, el desvío de fondos públicos y la impunidad, resalta el informe Blavanik, desarrollado por la Universidad de Oxford y que evalúa la eficacia gubernamental.
La corrupción en Paraguay se nutre d instituciones débiles, especialmente por la falta de independencia judicial y capacidad técnica en organismos de control.
Una cultura de impunidad: Solo el 5% de los casos de corrupción investigados terminan en condenas (Datos del Ministerio Público, 2023) y el conocido clientelismo político que no es otra cosa que el uso de recursos públicos para ganar lealtades y hacer negocios sobrefacturados con el Estado.
Consecuencias
Organismos internacionales estiman que la corrupción cuesta al Estado paraguayo alrededor del 5% de su PIB anual, es decir casi US$ 2.000 millones
Con esto, el acceso a servicios básicos como salud y educación se ve comprometido al igual que las demás políticas públicas que deberían mejorar la calidad de vida de los ciudadanos.
Vale recordar que solo el 12% de la población confía en el gobierno (Latinobarómetro, 2023. Según Transparencia Internacional, la percepción de los propios paraguayos, ubica al país entre los más corruptos del mundo.
La transparencia, el fortalecimiento institucional y la participación ciudadana son claves para desarticular redes corruptas. Avanzar requerirá no solo leyes, sino también un cambio cultural que priorice la integridad en la administración pública.
Periodista Senior