Hoy día no es usual tener este problema informático más si se toman un tiempo y preguntan a sus padres, tíos o personas mayores que ustedes; ¿cual fue el problema frecuente que molestaba con sus dispositivos informáticos? la respuesta estoy seguro que la mayoría va a coincidir que era el momento en que la pantalla se ponía en blanco o el procesador se colgaba o dejaba de responder bien a un trabajo que se encontraba en desarrollo. Ahora el tema es más abarcante que lo sencillamente tecnológico.
Las herramientas con el tiempo se han vuelto más pequeñas, estéticamente atractivas y rápidas evitando repetir lo que ayer era motivo de frustración y molestia contra nuestros dispositivos que en ocasiones eran víctimas de roturas, gritos o autoflagelación por no poder hacer algo al respecto que nos haya dejado colgado el trabajo que estábamos haciendo. La pantalla en blanco es una metáfora de cómo podemos prescindir de ella y volver a los modos habituales de relacionarnos como seres humanos. Encontrar sentido a la comunicación más allá de los dispositivos móviles.
Reconstruir los lazos.
Las angustias de llenar de ideas que convenzan y fundamenten la angustia del vivir, aumentan al tener problemas con nuestras herramientas y la mente que a veces quedan con la pantalla en blanco y no dejan empezar, desarrollar o terminar tareas que quedan pendientes por dudas, angustias o tener procesadores y memoria ram muy lentos.
Debemos recuperar el sentido de lo colectivo, el valor de la soledad, de la abstracción para no quedar colgados sin capacidad de interactuar con el otro que finalmente es el único signo distintivo que tenemos como seres vivientes. Hagamos posible esa relación entre lo que queremos para todos y cómo sin saberlo estamos alejados de conseguir esa relación.