La organización en el Paraguay sigue siendo una gran materia pendiente; esto se distorsiona debido a factores que tienen que ver con la corrupción. El vacunatorio del Autódromo Aratirí fue un excelente momento para demostrar lo lejos que estamos aún de lo que debiera ser un análisis pragmático y realista de la situación y organizar en consecuencia.
Muchas personas tuvieron largas horas de espera, con grandes inconvenientes por ese mismo tiempo horario en ese sitio, lo que nos demuestra que las personas parecieran tener todo el tiempo del mundo y no les importa estar casi 24 horas haciendo fila para ser vacunadas.
Si tuviéramos la capacidad de organizar, no hubiéramos permitido que un comisario y un diputado permitieran el paso de una persona que no hizo la fila correspondiente, y sin embargo, ingresó en un punto mucho más cercano al vacunatorio que otros. Este tipo de circunstancias son absolutamente naturales y normales para el Paraguay.
¿Qué hace un diputado en un vacunatorio para dicho propósito? Es probable que gracias a ese tipo de favores, el que recibe el favor tenga que trabajar por su campaña política o por algún tipo de propósito.
Mientras no tengamos que cortar los privilegios – los mismos que cortaron los comunes, los sin calzones hace muchos años, el 14 de julio de 1789 cuando tomaron simbólicamente la bastilla y pusieron punto final al reinado de Luis XVI en Francia – no vamos a cambiar grandemente.
Tenemos que entender también, que una vez que tomemos el poder, tenemos que ser capaces de organizar y ordenar democráticamente como Nación. Sin prepotencias, sin altanerías y sin privilegios; de lo contrario, cambiamos el autoritarismo de Stroessner por el autoritarismo democrático y eso no puede seguir así.