Enormes carteles se pueden observar en puntos clave de tránsito de la capital del país. La Costanera, la Terminal de Ómnibus y el Mercado de Abasto, son protagonistas de un mensaje muy claro: la importancia del distanciamiento social para prevenir el contagio del Covid-19.
El Dr. Luis Roberto Escoto, representante de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS), en el Paraguay, remitió una nota al intendente capitalino, Óscar Rodríguez, proponiéndole una alianza para la difusión de los mensajes, teniendo en cuenta que muchas personas ya están volviendo a sus actividades laborales y, justamente, una de las medidas más efectivas y menos costosas para prevenir la propagación es el distanciamiento físico.
En entrevista exclusiva con este diario, el doctor dio su valoración sobre el panorama actual del país, que a su criterio, no es muy diferente al de las Américas y afirmó que la comunicación es la clave para que las personas se mantengan protegidas de un virus que no distingue clases sociales.
¿Cómo valora la situación actual del Paraguay en la guerra contra el virus?
La pandemia se acelera a nivel global. Paraguay no es la excepción de lo que pasa en otros países. En las últimas 6 semanas el número total de casos a nivel mundial se duplicó y a la fecha en 3 países se concentra la mitad de los más de 17 millones de casos que tenemos y en 4 países más de la mitad de las muertes.
Lamentablemente esos países están en la región de las Américas, como lo son Brasil y Estados Unidos, y este contexto es un motivo de esperanza porque nos muestra que tomando las medidas que Paraguay también está adoptando, se ha logrado contener la pandemia e incluso se ha detenido. El contexto es complejo y las medidas que se vienen aplicando pueden contribuir a detener el crecimiento del virus.
¿Cuán importante es la constante comunicación a la población sobre lo que se debe y no se debe hacer?
Es uno de los pilares fundamentales. En el plan de respuesta que el país tiene, basado en la propuesta de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS), el segundo pilar es la comunicación, partiendo de la premisa que si una población está suficientemente bien informada va a tomar conciencia de la necesidad de incorporar a su vida estas recomendaciones, considerando que es un camino de largo plazo hasta tenerla vacuna o contar con un tratamiento efectivo que permita que las personas no mueran.
Queremos que la población guarde la distancia mínima de 2 metros, use la mascarilla como corresponde, lave sus manos frecuentemente, evite estar en ambiente de aglomeración, particularmente si son cerrados, y también que siga los protocolos que se ha establecido en los lugares de trabajo, en los supermercados, en la tiendita del barrio. Si las personas cumplen con las medidas, tenga usted la seguridad que logramos detener la expansión de la enfermedad.
Por el lado de los servicios de salud, debemos tener la capacidad de identificar a las personas infectadas, tener los recursos para aislarlos, atenderlos con los ilimitados recursos, y un elemento clave, rastrear y poner en cuarentena a la mayor cantidad posible de personas infectadas.
¿Cómo han venido trabajando desde las dos organizaciones internacionales desde el inicio de la pandemia en el Paraguay?
Desde que se supo de este nuevo virus empezamos a vigilar cómo evolucionaba, y trabajamos en el plan nacional de preparación y respuesta. Apoyamos al país para fortalecer el centro de operaciones de emergencia que ya estaba activado porque estábamos con la epidemia de dengue.
Luego ayudamos a Paraguay en la capacitación de los recursos humanos y tratamos de conseguir las primeras donaciones de equipos de protección personal y ayudar en la elaboración de las guías, los manuales, las normas, los protocolos, fortalecer la vigilancia epidemiológica. Una vez declarada como emergencia sanitaria de carácter internacional, ya el país estaba preparado.
Apoyamos también las necesidades de algunos grupos de población que no están muy visibilizados y se encuentran en la primera línea de fuego, como los bomberos, y grupos vulnerables como los centros penitenciarios, residencias de adultos mayores, y la población indígena. El país ha logrado que las enfermedades respiratorias estén contenidas hasta ahora y no estén sobrecargados los servicios de salud.
¿La salud influye en el desarrollo económico y social de los pueblos?
Uno de los elementos centrales es que no existe dilema entre salud y economía. La pandemia puede llegar a significar la pérdida de 400 millones de empleos a nivel global, probablemente en la región por su inequidad, sea la mitad de toda esa pérdida. Decenas de millones de personas van a caer en la pobreza y pobreza extrema. El impacto económico es inevitable.
¿A quién mata el virus?
El virus es capaz de infectar a ricos, pobres, mujeres, hombres, no discrimina en cuanto a su capacidad de infección, hemos tenido príncipes, primer ministros, presidentes, gobernadores, alcaldes, campesinos, indígenas, afecta a cualquiera, pero es importante decir que es selectivo en quienes mata, a personas mayores de 65 años y que tienen una enfermedades de base como la obesidad, la diabetes, la hipertensión arterial, o una enfermedad crónica respiratoria, a esos grupos mata.
Si analizamos las personas que han muerto en Paraguay, a excepción de algunas personas, tienen estas características, y no hay terapia intensiva de ningún país del mundo que pueda salvarles, y lo hemos visto en todos los países del mundo.