Llegó el lunes en la mañana, te levantas muy temprano, tomas un café y ya estás ajustado de hora para irte a la oficina. El estrés del inicio de semana se apodera de tu mente y no dejas de pensar cuánto tiempo podrás aguantarlo. Pensás que va a cambiar, pero la jornada laboral te resulta cada vez más larga.
Nada más entrar al entrar a la oficina ya estás mirando el reloj, deseando que el tiempo pase. Entonces, piensas en renunciar. Según los expertos, lo primero que debes hacer es controlar tus pensamientos, dejar de decirte todo el tiempo “no puedo” o “no aguanto más”, ya que acabas en una continua retroalimentación de pensamientos negativos.
La psicóloga Giselle Ripá aconsejó primeramente preguntarse por qué te está pasando esto, cuáles son los factores por los cuales te sientes insatisfecho y entonces empezar a buscar soluciones y alternativas a lo que estás haciendo.
“Los nuevos tiempos con la pandemia afectan mucho la decisión de renunciar al puesto laboral, y muchas personas permanecen en sus puestos por más insatisfacción que esto le genere y no encuentran otras alternativas. Debes conocer qué te hace sentir mal, si es el trabajo en sí, la empresa, los compañeros, con un cambio de equipo o sucursal quizás se pueda solucionar”, explicó Ripá.
La especialista explicó que el horario laboral cubre la mayor parte de la rutina diaria y es súper importante sentirse a gusto. A corto plazo podés sentir desinterés o apatía y entran a jugar directamente las emociones, y a largo plazo, trabajar toda la vida en algo que no te gusta, puede generar problemas como depresión y trastornos de ansiedad de aquí a 40 años.
Según Ripá, en este aspecto también entra la creencia aprendida de que el trabajo no tiene por qué ser agradable, sin embargo, cuánto más contento esté un trabajador, mejor es la productividad.
Un consejo para afrontar lo que te está sucediendo en tu oficina es analizar el curriculum, mirar al futuro, ver qué me falta para encontrar ese trabajo soñado, quizás hacer algún que otro curso, realizar estudios que apunten a las cosas que me faltan por alcanzar.
Otra clave mencionada por los expertos es explorar la forma en la que podrías mejorar tu vida laboral para hacerla más tolerable, como por ejemplo, hacer nuevos amigos o aprender una nueva disciplina o habilidad para llevar a cabo durante tus ratos libres y que de verdad te llene.
“No hay que renunciar de un día para otro, es importante salir bien de los lugares para mejorar la posibilidad de que te contraten en un buen puesto laboral a futuro”, resaltó la psicóloga.
La estudiante de psicología Francesca De Marchi apuntó que la salud hay que ponerla antes que nada y lo primordial es la comunicación, sobre todo con tus directivos. Cuando la situación afecta física y emocionalmente, ves que no hay posibilidades de crecer y que tocaste techo, puedes pasarte por la cabeza renunciar, pero antes que nada debes comunicar todas tus inquietudes, lo que te afecta.
“Hay que sacarle el lado positivo al trabajo, ir con otra actitud, acumulas experiencias, conocimientos. Todos te enseñan algo y te dan herramientas para seguir creciendo, trata de sacarle el máximo provecho. Renunciar es una decisión complicada”, concluyó la especialista.
