El CAN-2022 le pondrá nuevas cifras a la realidad del campo
Con cuatro años de retraso con relación a su ultima versión, el Censo Agropecuario Nacional 2022 está alcanzando un buen ritmo de desarrollo, según se desprende de una evaluación hecha por el Ministerio de Agricultura y Ganadería.
Para tener una idea de su importancia, tengamos en cuenta los ítems que contempla este censo en plena fase de realización. Por ejemplo, se podrán actualizar las cifras relativas al ordenamiento de las fincas rurales según su tamaño, lo cual permitirá saber si el fenómeno de concentración experimentado entre 1991 y 2008 ha aumentado, si sigue igual o en disminución. Despejará, además otro factor crítico, la posesión de la tierra. En 2008, el 62% de los productores trabajaba en tierra propia, sólo el 3% en tierra alquilada y otro 24% en tierra ocupada. El resto se repartía en una combinación de fincas alquiladas u ocupadas.
Hay otro aspecto clave que echará luz a quienes necesitan tomar decisiones, tanto en el sector público como el privado. Se trata de actualizar cifras sobre el tipo de ocupación a que se dedican los integrantes del hogar. En el último censo, por ejemplo, el 51% trabajaba exclusivamente dentro de la finca en actividades agrícolas o ganaderas, mientras otro 31% combinaba trabajo interno y externo. Otro 13 por ciento no tenía actividad alguna y el 5% restante realizaba tareas externas. También será muy bienvenida la actualización de datos sobre la cantidad de fincas rurales con huerta, agua e infraestructura, cuántas reciben asistencia técnica y crediticia, que porcentaje participa de algún tipo de asociación, usa insumos técnicos, practica el manejo de suelos y vende productos agropecuarios.
Se estima además que los nuevos datos sobre composición familiar en las fincas rurales darán lugar a un ajuste sobre la edad promedio de la población rural remanente. Entre los censos de 1991 y 2008, la cantidad de miembros del hogar había descendido de 1.598.000 a 1.077.000, con énfasis en las mujeres (caída del 27%) y niños menores de 10 años (48%).
Por donde se lo mire, el CAN-2022 obligará a dar una vuelta de página en muchas evaluaciones y análisis con enfoque socioeconómico. Sorprenderá al país con novedades impensadas, derribará muchos mitos aún existentes, pero más que nada, proporcionará una base sólida y confiable desde la cual proyectar y ejecutar nuevos planes de movilidad social y económica.