El lavado de dinero es indudablemente uno de los delitos transnacionales más perseguidos a nivel global, y no es casualidad que Gafilat esté investigando durante toda esta semana qué hemos hecho en ese sentido para evitar la muy mala fama que tenemos en ese tipo de delitos a nivel global.
Se mueve mucho dinero del Paraguay, dinero sin ningún tipo de sustento, y se quiere conocer la trazabilidad, el origen de los mismos. Estoy seguro que si eso realmente enfatiza en la cuestión de darle una nota al Paraguay para que haga la tarea, es probable que no tengamos una buena calificación en consecuencia de nuestros antecedentes en el tema.
Este es un país que ha tenido, por ejemplo, de hermano del alma del presidente de la República, que se montaba al avión presidencial e iba de gira con el mandatario, el considerado doleiro de los doleiros, el lavador de los lavadores en el Brasil, Darío Messer, el mismo a quien el banco del presidente le entregó US$ 600 mil en el estacionamiento de un hotel para que haga la defensa del mismo, que se encontraba escondido y probablemente protegido por su hermano del alma.
Sólo ese caso nos demuestra el conjunto de cosas que en el Paraguay se hacen mal y creemos que nadie se va a dar cuenta o a nadie le importará.
Sin embargo, si queremos vivir en una comunidad internacional, si queremos tener radicación de inversiones extranjeras con buenos antecedentes, deberíamos tener muy en cuenta y en consideración estos detalles.
No nos lamentemos después de que la gente no quiera venir a invertir a Paraguay porque tenemos una muy mala reputación en términos de corrupción y de lavado de dinero en específico. Si queremos cambiar la percepción de los demás, tenemos que cambiar nosotros para adentro.
