La nostalgia es ese sentimiento universal que nos lleva al pasado a recordar los
mejores momentos tanto con alegría como con tristeza. Para muchos seguramente se
tratará de un refugio seguro; para otros no es más que una trampa que les impide
continuar viviendo en paz. Es entonces cuando nos preguntamos, ¿es la nostalgia
algo beneficioso o perjudicial para el ser humano? La respuesta es complicada, debido
a que muchas cosas en la vida dependen de cómo las procesemos.
En el lado positivo, la nostalgia sirve de consuelo al cumplir la importante función de
conectarnos con momentos de felices del pasado. Nos sirve para revivir emociones y
sentimientos que nos ayudan a continuar con los retos del presente. También puede
fortalecer los lazos con la familia y con las amistades, al compartir recuerdos y
experiencias agradables.
En cuanto al lado oscuro de la nostalgia, resulta ser que tiene un riesgo muy grande;
puede convertirse en una obsesión por lo que ya no volverá. Si idealizamos en exceso
el pasado, hasta el punto de despreciar profundamente el presente, caemos en un
abismo del que es muy difícil de salir. La nostalgia se convierte entonces en una forma
de escapismo, que al final solo nos brinda sensaciones de perdida y melancolía total.
El único equilibrio posible que podemos encontrar en todo esto, es recordar sin
anclarnos. Debemos de ver cómo encontrar un balance, apreciar lo vivido sin dejar de
enfocarnos en una meta. La nostalgia no es ni buena ni mala; la clave es cómo la
utilizamos. Si es un propulsor que nos ayuda a despegar hacia un futuro mejor,
bienvenida sea. Pero si se trata de una cadena que solo nos impide avanzar, es
necesario encontrar la forma de soltar es lastre.

Licenciado en ciencias politicas (UNA), editor, comunicador, productor y editor de contenido creativo para medios de comunicacion e intereses particulares