La situación en la que se encuentran muchos sitios del país, en manos de municipios que conceden el usufructo para un propósito determinado o indeterminado, es parte del negocio desde hace mucho tiempo en el país.
Los terrenos fiscales han sido también sujetos de grandes manifestaciones y de circunstancia que acabaron incluso con un presidente, como el caso de Marina Cué en el departamento de Canindeyú.
Ahora estamos ante una situación de características similares, el Intendente de Asunción concede la utilización por quince años a una empresa gasolinera en la Costanera Norte.
Cuando se le presiona acerca de que ese no es el lugar para ese tipo de empresas o ese tipo de inversión, el Intendente responde afirmando que no se le dio para que construyera una gasolinera. Si una empresa gasolinera le pide un terreno no será para convertirlo en un parque de diversiones, ni en una venta de empanadas.
Es demasiado presuntuoso por parte del Intendente Rodríguez el creernos tan tontos para terminar siguiendo sus libretos sobre este tema. Si una empresa gasolinera pide un sitio es para levantar a una gasolinera, es así de simple. Esta es una cuestión que no admite otra interpretación y eso sólo puede concederse cuando ha habido un debate en torno a si realmente supera todas las barreras ambientales y de otro tipo que se plantean en circunstancias como la concesión de tierras fiscales.
Así de simple y el intendente debe conocer y saber de que no somos tontos.
