Algunos incautos caen en manos de asesores que plantean imágenes super tecnológicas de las herramientas que usan para realizar los trabajos de comunicación estratégica cuando generalmente no pasan de simples recursos de escucha digital.
Podemos negociar en que la escucha digital requiere del manejo de grandes datos, son herramientas que extraen desde distintas fuentes palabras claves ya sean nombres de personas, instituciones o temas puntuales como: Mario Abdo, Vacunas o Ministerio del Interior. Estas herramientas son imprescindibles para saber dónde hablan de nosotros, cual es la emoción en torno a esas menciones y que impacto tienen. Algunas herramientas tienen una “inteligencia artificial” que procura identificar tonos negativos y positivos, pero muchas de las veces no logran interpretar los sentidos y es ahí donde nuevamente la mano humana intercede.
Luego tenemos herramientas que identifican la búsqueda de temas en internet y otras que logran colocar a primera vista cuales son las noticias que tienen más lectura y más impacto en redes.
Y como ya expuse en columnas anteriores, tener la data precisa es como tener una computadora para diseño gráfico o una video cámara de última generación, son herramientas, si no existe creatividad, conocimiento, criterio, disciplina, experiencia y mente activa entre la silla y el teclado, las herramientas no sirven de nada, no hacen la diferencia.
La verdadera inteligencia artificial que logra sacar un mensaje en el momento justo haciendo un análisis de millones de datos por segundo, comparando conocimiento específico y bajando un producto final de forma rápida y efectiva ya existe, pero no esta al alcance de nuestro mercado. Igual confío que las vivencias personales que no queden registradas en la red serán un diferencial al momento de enfrentar a los equipos de comunicación estratégica que cuenten con un arma tan poderosa.
