La palabra «mutación» proviene del latín mutatio, que a su vez viene del verbo mutare. Mutare significa «cambiar» y viene de la raíz indoeuropea mei-1, que significa cambiar y mover. Y hay ejemplos de eso en el campo del entrenamiento militar a nivel local.
Con el tiempo y el arribo de nuevas personas e ideas donde sea se notan esas transiciones que impresionan y sorprenden. Cómo tener a mujeres participando del fútbol o servicio militar en Paraguay.. Algo normal hace más de 570 años, no a lo referente al fútbol sino al Servicio Militar Obligatorio (SMO) que me tocó cumplir hace más de 20 años atrás. Y enb ese tiempo no esperaba tener cómo camaradas a damas o personas mayor de edad. Aquella vez la compañía estuvo formada por jóvenes hombres de entre 18 a 20 años, algunos más jóvenes o mayores de edad.
Durante un mes nos tocó cumplir el servicio militar, que no se compara a lo que tuvieron nuestros padres, tíos o conocidos mayores de edad. Desde este año las mujeres que superaran en numero a los hombres cimeforistas ya forman parte de algunas unidades militares.
Situaciones originales
Pueden ser sus tíos, padres o adulto que conozca de algún lugar en particular que ahora se despiertan muy temprano y responden a órdenes gritadas por el superior encargado de guiar y formar al aspirante a convertirse en soldado de reserva. Entre ellos se encuentran María Cristina Maldonado de 52 años y Luis Alberto Urunaga de 62 años quienes desde el centro de instrucción militar para estudiantes y formación de oficiales y suboficiales (CIMEFOR) harán lo que puedan con su energía, características físicas y voluntad para mostrar y demostrar que no se han equivocado en formarse para servir a la patria en caso que tengamos conflictos bélicos.
Esos conflictos tienen más posibilidad de ganarlos si tenemos tropas no solo preparadas sino que reúnan condiciones físicas y psicológicas para pelear en orden y sin complicaciones asegurando así la victoria en cualquier combate.
Finalmente eso, lo único que trae consigo es dolor, destrucción y malestar de quienes se vean afectados por herramientas bélicas que lo notamos ahora en casos particulares de luchas entre Israel y Palestina, cómo Rusia y Ucrania. Ya conocemos de nuestra histórica participación en combates militares que no vale la pena solo pelear para corregir diferencias que pueden ser discutidas o conversadas sin ruido, destrucción, sangre o dolor. Habría que formarnos más para la paz que para la guerra.

Licenciado en ciencias politicas (UNA), editor, comunicador, productor y editor de contenido creativo para medios de comunicacion o intereses particulares
