El Paraguay es un gran matriarcado, y eso acontece desde hace bastante tiempo, pero se fortalece después de la Guerra Grande en que la población masculina fue diezmada. La mujer paraguaya ha tenido que volver a reconstruir una nación prácticamente desde sus cimientos, y hoy es de las grandes virtudes de la mujer paraguaya, incluso pontífices como el Papa Francisco, hizo un elogioso hacia la característica de una mujer que reconstruye una nación.
Francisco ha trabajado durante mucho tiempo en Buenos Aires con comunidades paraguayas y ha conocido también el carácter de la mujer nacional que ha sacado a lo largo de todo este tiempo con fuerza, con honestidad y con empuje familias completas, ya que era la característica de la sociedad paraguaya en la ausencia de una paternidad responsable. Más del 50% de la población paraguaya no conoce a sus padres, no sabe quienes son, muchos de ellos no han tenido ningún contacto y toda la relación de construir el país ha sido hecha con el matriarcado paraguayo.
Esto también ha tenido su impacto en la pobreza. En la mayoría de los casos el 93% de las familias pobres que están constituidas sólo por madres, no existen padres.
En donde y padre y madre la posibilidad de salir de la pobreza son mucho mayores que en los hogares constituidos sólo por la figura de la madre.
Esa es una cuestión que tendremos que alguna vez analizarlo desde una política pública responsable que reconstituya el valor de la familia. Muchas de las consecuencias y las causas de nuestros problemas en temas económicos, políticos, sociales en nuestra capacidad de coraje para cambiar las cosas que están mal, nos devienen de la alta protección de las mujeres hacia sus hijos y algo que no ha podido reconstruirse desde 1870, una familia que realmente constituye el faro y la referencia de todos los hijos paraguayos.