Por Santiago Fernández
Veo en un artículo del The New York Times y sobre cómo el escritor describe lo que fue vivir la buena época millenial entre los año 2012 al 2020, cuando era fácil. Cómo ser transportado a un bajo precio en sistemas cómo Uber o Lyft qué hacían sentir los viajes cómo monarcas a sus pasajeros por pagar casi nada por el transporte casi particular de un punto a otro, este viaje reducía al precio de lo que costaba el viaje en taxi, tren o hasta en vehículo propio por otro lado se encuentran más servicios creados y usados por millenials y todos cómo el movie pass, un servicio de venta de entradas de películas basado en suscripción estadounidense propiedad mayoritaria de Helios y Matheson Analytics.
Entre otras iniciativas hechas por esta generación está la classpass, empresa estadounidense que proporciona acceso a diferentes clases de fitness como yoga, entrenamiento de fuerza, barra, artes marciales, pilates, boxeo y clases de ciclismo en interiores, así como el uso de clubes de salud a través de su servicio de facturación de suscripción mensual de tarifa plana. Además de crear espacios y oportunidades de trabajo y uso para todos, también se encuentra su lado destructivo de otras iniciativas empresariales de la época, cómo los servicios de entrega de comida cómo Maple, Sprig, SpoonRocket, Munchery— con solo aceptar sus ofertas de comidas gourmet de bajo precio.
Así y todo estas propuestas no fueron plantadas para una generación sino para las antiguas y posteriores a la de los millennials también. Cada tiempo con sus integrantes son creadores de algo no sólo para sí mismos sino para el uso y comodidad de todos para asegurar el ingreso de dividendos en las empresas o personas interesadas en imitar o viajar en el nuevo modelo de trabajo y vida que hoy día con aquello que descansa en nuestro bolsillo significa. No siempre lo que existe y trae cada generación es lo mejor que existe para el mundo. Más así cómo todo puede ser corregido para lograr una buena vida en este y futuros milenios.
