Estas aves tan simpáticas habitan parte más al sur de nuestro subcontinente y hoy corren serios riesgos para su sobrevivencia. Ellos merecen vivir acorde a sus necesidades y libre de riesgos para su salud y vida, como todo ser vivo del planeta que sufre la existencia de los cambios climáticos que ya registran una disminución de la presencia de estos animales en la Antártida.
Estos animales de 120 cm de altura y con 20 a 45 kilos de kilos, van reduciendo su existencia en un habitual espacio para ellos por la falta de alimentos que está relacionada con los cambios ambientales.
La Antártida está ubicada en el polo sur del planeta, un lugar frío donde ya existen o dejaron de existir varias especies de otros animales como los Perisphinctes, que es un género extinto de cefalópodo ammonites. Vivieron durante las épocas del Jurásico medio y tardío y sirven como un fósil índice para ese período de tiempo.
Varios desaparecieron antes
La Antarctopelta que era un género de dinosaurio anquilosaurio con una especie conocida, A. oliveroi, que vivió en la Antártida durante el Período Cretácico Superior.
Y que hoy día además de quedar enterrados en el ayer, hoy ya vamos sepultando la existencia de otras especies, quizá no en el uso de su imagen en caricaturas o cómo personajes de ficción para entretener pero si le decimos de a poco adiós a estos seres vivos que según “la División Antártica Australiana” que ha registrado una severa disminución en una población de pingüinos Adelia frente a la costa este de la Antártida.
El planeta de esta forma no solo va quedando de a poco con menos personas con la pandemia sino hasta con animales cómo los pingüinos, que se alimentan habitualmente de diferentes peces, calamares y de krill, unos pequeños crustáceos parecidos a las gambas, que forman parte del plancton.
Que hoy día por la existencia de mayor calor o frío en nuestra casa se va disminuyendo su menú y por ende la continuidad de su vida.
El monitoreo a largo plazo ha revelado una caída del 43 % durante una década en la cantidad de aves que se reproducen en 52 islas cercanas a la estación de investigación de Mawson.
Cada vez más solos
Los seres humanos están ocasionando la extinción de otras especies mediante la caza, la pesca excesiva y la tala de bosques. Somos casi enteramente responsables de la extinción de varias especies de mamíferos en las últimas décadas, según un estudio reciente publicado en la revista especializada Science Advances.
Por esto se apela a la conciencia colectiva de todos los habitantes ya no solo de una ciudad, país o región del planeta sino de todos en conjunto para lograr mantener con vida no a uno sino a toda una especie de animales que no solo van quedando sin lugar para existir sino hasta de alimentos para lograr continuar viviendo.
Algo no estamos haciendo bien los seres humanos para continuar en la senda de la autodestrucción.
Es momento de detener esto y no solo por la disminución de pingüinos en el Polo Sur sino de toda la fauna mundial de usar de nuestra fuerza intelectual para adoptar buenas actitudes para con el ecosistema que puede estar despidiéndose y entrando en la negra lista de los ya extintos, muertos o que ya no tienen vida entre todos cómo fue y debió continuar siendo. Los pingüinos nos deben llamar la atención.