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Mayas, sacrificios y hallazgos

El arqueólogo, sociólogo y científico o técnico encargado en explorar y conocer nuestro ayer para responder cuestionamientos que tengamos hoy han logrado notables  hallazgos como el  porqué para qué tenían prácticas que ahora nos parecen criminales y locas cómo el sacrificio de niños. 

Ahora un ADN antiguo revela con qué criterios sacrificaban niños los antiguos mayas. Una de las principales civilizaciones que se desarrolló en la antigua Mesoamérica. Civilización que logró fijar con exactitud matemática la duración del año solar, el ciclo de Venus, los períodos lunares y los ciclos de diferentes estrellas o constelaciones. Además se los reconoce por su emblemática arquitectura o por su calendario, sino también por su escritura jeroglífica compuesta por más de 700 signos y por su escultura religiosa.

Muestras genéticas milenarias de Chichén Itzá ofrecen detalles reveladores de los rituales religiosos de esta civilización. Rituales que afortunadamente han quedado atrás. Lo que sabemos de estos sacrificios es que existían cómo objetivos del sacrificio estaban el obtener el líquido precioso, es decir la sangre, extraer el corazón así cómo la cabeza de la víctima.

Una notable crueldad

Rituales religiosos que aunque parezcan descabellados, existieron cómo importantes legados científicos de esta civilización mesoamericana, que representa al Altiplano Central, Occidente de México, Golfo de México, Región de Oaxaca y el caribe mexicano.

Todo eso  ha cambiado mucho a cómo vivían y lo que hacía la civilización del pasado en comparación con la actual, no solo en esta parte del mundo sino en otros lugares. Ahí donde hemos desarrollado construcciones distintas y desafortunadamente seguimos sacrificando vidas humanas sin razón alguna o cómo diría el mismo amigo “de onda” con armas de guerra en espacios y situaciones civiles.  Todo eso sin tener en cuenta el valor de vida de las víctimas que podrían hacer y ser mucho más con vida y no sólo para fines particulares sino para colectivos, imitando otro legado maya, que es el trabajo en equipo para hacer trabajos cómo;

  • El caracol de Chichén Itzá
  • El templo de las inscripciones.
  • La Joya de Cerén.
  • Las estelas de la gran plaza.
  • El juego de pelota en Cancún.
  • La pirámide del Gran Jaguar.
  • El castillo de Xunantunich.
  • El faro de Tulum.

Algunas conclusiones existentes alrededor de dichos sacrificios dicen que eran hechos para poder tener más hijos o incluso unos gemelos sacrificados e implicaba que era para tener una familia muy especial.

Casi 60 años después de construcciones hechas en espacios pertenecientes a esta civilización el ADN antiguo extraído de 64 de los niños ofrece un nuevo entendimiento sobre los rituales religiosos de los antiguos mayas y sus vínculos con los descendientes modernos.  En un artículo publicado el miércoles en la revista Nature, una cohorte internacional de investigadores revela que los niños —víctimas de sacrificios entre los años 500 y 900 d. C.— Eran todos varones mayas locales que pudieron haber sido seleccionados específicamente para ser sacrificados en parejas de hermanos.

La búsqueda del genoma de los niños mayas no empezó como un ejercicio sobre los antiguos rituales mayas. A mediados de la década de 2000, Rodrigo Barquera —actualmente inmunogenética del Instituto Max Planck— esperaba descubrir el legado genético de la pandemia más mortífera de Mesoamérica.

Para algunas ceremonias religiosas, era importante que solo los niños varones fueran seleccionados para el sacrificio y eso figura en estos nuevos hallazgos sorprendentes.

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