La compra de los combustibles sigue siendo noticia, el dólar sigue bajando y el precio de la cotización del barril también. Lo que tendríamos que hacer, definitivamente, es transparentar todo el proceso y tener una exacta conciencia acerca de cuánto se llevan de impuestos cada vez que cargamos combustibles -los del Estado- y cuánto llegan a ganar empresas que han multiplicado la cantidad de gasolineras sin ningún argumento económico real que avale esa multiplicación de gasolineras, que lógicamente, estando todas muy cercanas, en un pequeño radio, con una población pequeña, no puede jamás rendirle los beneficios que anhelaba; a no ser que esté buscando otro tipo de negocios utilizando las gasolineras como pantalla.
Es tiempo de sincerarnos en estos temas, en cada uno de los procesos, y también ser claro en torno a quiénes son los que administran la gasolinera de la estatal Petropar, y donde también veremos que muchas veces la corrupción, los amiguetes políticos y el clientelismo, hacen que no se pague en tiempo y modo aquello que se recauda al instante cuando se carga el combustible del tanque de un vehículo.
Hay que admitir que estamos rezagados en todos estos temas que sólo promueven finalmente la corrupción y el castigo en los bolsillos de la gente.