Más del 45 % de Puerto Rico se encuentra este domingo sin servicio eléctrico por el huracán Fiona, cuyos fuertes vientos e intensas lluvias se sienten ya en la isla.
El apagón afecta a más de 665.000 clientes de un total de 1,4 millones, según los datos del portal de la empresa Luma Energy, encargada de la transmisión y distribución de la electricidad.
Las regiones más afectadas son Caguas, al sur del área metropolitana, con el 64 % de los clientes sin luz; y Carolina, vecina a San Juan, con el 55 %, seguida por Bayamón, donde el 52 % está a oscuras.
La red eléctrica de Puerto Rico es muy frágil, especialmente desde el huracán María, que hace exactamente cinco años devastó la isla y arrasó con todo su tendido eléctrico, dejando a gran parte de la población a oscuras durante meses.
«Nuestro equipo de Comando de Incidentes monitorea las condiciones del tiempo, despacha brigadas y maneja nuestras operaciones y comunicaciones, todo con el objetivo de restablecer el servicio de nuestros clientes lo más pronto posible y de la manera más segura», dijo LUMA en su cuenta oficial de Twitter.
Luma ya advirtió la víspera que se esperan interrupciones del servicio «significativas» e incluso «a gran escala» por las lluvias y vientos asociados al huracán.
La compañía también confirmó hoy en un comunicado que Quanta, una de sus empresas matrices, ha estado trabajando «mano a mano» en la supervisión de las condiciones en Puerto Rico ante el paso de Fiona con el objetivo de apoyar los esfuerzos de recuperación.
Duke Austin, presidente y principal oficial ejecutivo de Quanta, adelantó que los recursos de la empresa están a disposición de Luma e indicó que, de ser necesario, podrá añadir al equipo local más de 5.000 trabajadores especializados para restaurar la energía tras los impactos de la tormenta.
Fiona es un huracán categoría 1, de un total de 5 en la escala Saffir-Simpson, con vientos máximos sostenidos de 130 kilómetros por hora (80 millas), según informó el Centro Nacional de Huracanes de EE.UU. (NHC, en inglés).
El huracán ha provocado la cancelación de todos los vuelos desde los aeropuertos de la isla, incluido el internacional Luis Muñoz Marín, mientras que los puertos marítimos se mantienen cerrados desde ayer y hasta nuevo aviso.
Se esperan lluvias torrenciales, deslizamiento de lodos, marejada ciclónica y corrientes de resaca, por lo que el gobernador de la isla, Pedro Pierluisi, declaró el estado de emergencia estatal.
Pierluisi también solicitó ayer a Washington la declaración del estado de emergencia federal, algo que aprobó este domingo el presidente de Estados Unidos, Joe Biden.