En países y ciudades que en la historia han tenido una importante presencia en el arte, la economía y la producción de cultura que fue emulada por otros países, ahora ven a estos lugares con otros ojos, me refiero a Francia y su importante ciudad del sur Marsella. Ella es importante por ser uno de los puertos comerciales más activos hasta ahora, esta ciudad ha sido calificada por los magistrados como una “narcociudad” presa de una “guerra asimétrica entre el Estado y los traficantes”.
El narcotráfico es el comercio de drogas tóxicas a gran escala. Marsella, una de las ciudades más antiguas de Europa, fue fundada en el año 600 a. C. por marineros focenses. La ciudad se llamaba Massalia y era una colonia comercial. Ahora es la nueva trinchera del narco.
La guerra entre clanes de narcotraficantes que azota los degradados barrios del norte lleva ya más de 23 muertos desde hace tiempo e implica a chicos cada vez más jóvenes.
En el ojo de la tormenta
Al describir una “narcovilla”, donde el encarcelamiento no impide la continuación de las actividades criminales, estos actores en primera línea en la lucha contra el narcotráfico propusieron, ante la comisión del Senado sobre narcotráfico, ideas sólidas para frenarlo. Según el presidente del tribunal de Marsella, «nuestro Estado de derecho y la estabilidad republicana están en juego».
Una ciudad desarrollada a través del comercio e intercambio de bienes muy utilizados ayer y hoy cómo los alimentos, la tela y todo tipo de producto que forme parte del día a día en sus vidas. Ahora esas vidas están siendo acompañadas por la adictiva y peligrosa droga que no solo quita la salud y hasta la vida del consumidor sino logra cambiar el título de importantes ciudades comerciales cómo lo es Marsella por una “narcovilla”.
Ese título que no le será útil sino destruye posibilidades de atraer inversión y turistas que sean útiles para promover lo que se encuentra en esta hermosa ciudad francesa cargada no solo de pescados, botes o referencias a su equipo de fútbol el “Olympique de Marseille” sino ahora también de narcóticos dañinos no solo para personas comunes cómo usted y yo sino hasta para urbes cómo Marsella. Una pena.