El pasado sábado 6 de marzo, Mario Abdo Benítez, presidente de la República, habló por última vez sobre la crisis económica y política que aqueja al país. Esto luego de una manifestación multitudinaria de alrededor de 10.000 personas un día antes pidiendo su salida.
En un discurso grabado y compartido en el mismo canal de televisión gubernamental, el mandatario prometió escuchar a todos los sectores. Además de hacer cambios en el gabinete. Hecho que fue dándose en la semana con los cambios en Salud, Educación y en la cartera de la Mujer.
Sin embargo, a casi 20 días de esta última comunicación, Abdo se niega a hablar. Tampoco realiza las conferencias en sus habituales jornadas de gobierno. Donde cada día realizaba una conferencia a pobladores de algún punto del país sobre algún tema cuestionado.
Justamente, la última conferencia que brindó Abdo durante una jornada de Gobierno fue el 2 de marzo cuando inauguró un teatro municipal en Caacupé.
Rocío Duarte, politóloga, afirma que el uno del Ejecutivo cometió muchos errores de comunicación. En otras palabras, cada vez que afirma algo se equivoca por lo que considera que sus asesores le recomiendan guardar silencio. Esto, para no empeorar la crisis.
Cabe recordar que en febrero, el mandatario respondió “Moopio che aikuaata?” (¿Cómo yo puedo saber eso?), ante la consulta de un comunicador sobre el desabastecimiento del parque sanitario que acababa de inaugurar en Villarrica. Estas desafortunadas palabras gestaron la primera gran manifestación contra Benítez denominada “#KoagaReikuaata”.
Un mes después, otras desafortunadas declaraciones, esta vez de Julio Rolón, exviceministro de Salud, desmintió la denuncia de médicos que cuestionaban la falta de medicamentos, generó la segunda gran movilización. Esta vez bajo el hashtag; “#EstoyParaElMarzo2021”. Movilización que sigue hasta el día de hoy.
SIN POLÍTICAS CLARAS
Para la politóloga, este problema de comunicación se da por una falta de políticas claras del Gobierno. Afirmó que cuando no se cuentan con argumentos para defender ciertas decisiones se producen estos errores en comunicación.
“Cuando no existe un consenso en las políticas que se toman pasa esto. Generalmente ocurren estos errores cuando existen las carencias mencionadas”, afirmó.
La analista afirma que el mandatario debe reunirse y escuchar a cada sector que acude a las manifestaciones. Y no solamente descalificar las movilizaciones.
“Más que conferencias de prensa él debe demostrar interés en solucionar los problemas. Si van a hacer conferencias grabadas como la última, es mejor que ya no las haga”, expresó.
NADA QUE DECIR
Isaac Almirón Buergo, politólogo, afirmó por su parte que Abdo prefiere no hablar también por el simple hecho de que no tiene nada que decir. Sostuvo que sus palabras tampoco considera que puedan lograr algún cambio en el ánimo ciudadano.
“Hasta el momento sus expresiones fueron muy desacertadas. No tuvieron la repercusión que podrían tener”, argumentó.
Buergo afirma que muchos presidentes de la región se llaman a silencio. Sin embargo, en otros lugares la situación sanitaria es mejor que la nuestra. Ya con un avance importante en el proceso de inmunización.
“Yo le recomendaría cambiar de estrategia de gobierno más que una estrategia de comunicación. El problema es muy complejo. Le pediría que salga a hablar”, expresó.
CASTIÑEIRA
Selva Castiñeira, politóloga y asesora, expresó por su parte que la comunicación mal manejada no sirve de nada. Apuntó al Ministerio de Tecnologías de la Información (Mitic) de que debe colaborar para que el mandatario logre una comunicación efectiva.
“Se nota que no existe un asesoramiento ante situaciones de crisis. El mandatario debe hablar con la ciudadanía sobre esta situación. O en el peor de los casos el vicepresidente debe hacerlo”, expresó.
Para la entrevistada, el hecho de llamarse a silencio solo crea más dudas en la ciudadanía. Donde cada sector asume lo que piensa debido a la falta de ese mensaje claro.
“No puede llamarse a silencio absoluto. Debe responder ante las necesidades ciudadanas. En política no se puede ser tibio y eso le pasó factura a él durante estos años de gestión”, argumentó.