Desde hace varias semanas tenemos un Presidente desaparecido que prácticamente se ha encerrado en su mundo, que no tiene contacto con la gente. En estos días hizo una breve introducción en el Comando en Jefe, que todavía no sabemos porqué a esa rémora autoritaria tiene que dedicar el Presidente de la República una mañana a resolver este tipo de cuestiones.
Pero allí presentó la idea de una propuesta de ley para que no se realicen más gastos excesivos en tiempos electorales. Es muy difícil que esto realmente vaya adelante, y se nota que el Presidente está siendo presionado por sus adherentes y correligionarios que piden abrir la canilla en este año donde se van a decidir los candidatos para los comicios que se realizarán justamente dentro de un año.
Esta circunstancia, que pareciera muy bien desde el punto de vista de recuperar la disciplina fiscal, sin embargo mostró un Presidente nada interesado -ni siquiera- en escuchar los argumentos del ministerio de hacienda para justificar la representación legal.
El Presidente está aturdido, extraviado y mudo ante las circunstancias electorales donde su candidato oficial, Hugo Velásquez, no despega en las encuestas y están buscando opciones y alternativas para sustituirlo.
Así como están las cosas, en la situación actual vamos a seguir teniendo Presidente ausente y marcando las fechas del calendario para marcharse del Gobierno el 15 de agosto del 2023.