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Maduro persigue a ganadores

Hace poco tuvieron lugar las elecciones presidenciales en Venezuela, una que tuvo cómo ganador  a Gonzalez Urrutia que le han reconocido su triunfo propios y extraños. El país caribeño es rico en recursos naturales pero pobre en gestión política desde hace tiempo, una que el venezolano siente y aunque haya tenido la oportunidad de cambiar su presente para incidir en su futuro. No se dieron las cosas en las últimas elecciones que tuvo cómo importantes protagonistas a observadores electorales que ahora curiosamente son obligados a exiliarse en Colombia.  Varios voluntarios huyeron del país tras recibir amenazas de muerte de los partidarios de Maduro.

Los observadores electorales tienen tanto derechos como responsabilidades respecto a la administración del proceso electoral, los participantes políticos, y el público. Los derechos de los observadores pueden derivarse de la ley del país en cuestión o de una negociación con el gobierno o la autoridad electoral competente. Los derechos deben ser convenidos claramente y comprendidos por todos los participantes antes de iniciar el programa de observación.

En julio el programa estuvo basado en observar cómo se desarrollaba el proceso de elegir al próximo mandatario venezolano que cómo en cada elección presidencial se habrán observado apatía o desgano en la participación del ciudadano hacia sus elecciones entre otras incómodas y placenteras observaciones. Pero ese no fue el caso de los últimos comicios,  Una presidencia que dura 6 años en Venezuela, donde ha estado cómo ejecutivo Maduro desde el 2013 y que ahora sus compatriotas estan hartos de el. 

Persecución y saña

Todos los observadores habían sido perseguidos por su papel como voluntarios de la oposición, que se unificó para derrotar al autoritario presidente del país, Nicolás Maduro quien se resiste a entregar la  responsabilidad de administrar un país que tiene una elevada cifra de migrantes, que salen de su casa por varias razones; laborales, académicas o para encontrar las comodidades que no existen en su hogar, bienestar que deberá ser identificado por el nuevo gobierno y trabajar para retener a la población que debe ser integrada en el trabajo de cualquier gobierno democratico.

Así el kratos (poder) al demos (pueblo) y justificando así el título de un sistema político y de vida que quita valor al autoritarismo, dictaduras o lo que suponga la pérdida de libertad y el acceso a oportunidades y necesidades básicas para vivir cómodos donde y cuando sea. Afortunadamente  en nuestro país es algo que ha quedado enterrado en el pasado hace ya unas 3 décadas, aunque Paraguay también registra una fuerte experiencia que duró 35 años encabezada por Alfredo Stroessner que ha dejado muchos ignorantes del trabajo en equipo. En aquella época se vivía dependiendo del humor del dictador y lo que quería hacer, y si algo no le gustaba las cosas no pintaban de lo más bien para los responsables de la tarea encomendada, que podían terminar exiliados, muertos o torturados a veces sin justa razón. 

Esto se viene repitiendo  con los observadores electorales en Venezuela, que tuvieron que ir de visita a casa de su vecino, Colombia para tener seguridad, techo y lo básico para lograr continuar observando cosas en su vida. Venezuela requiere volver a la normalidad tan pronto como sea posible y proclamar el triunfo del opositor Gonzalez Urrutia.

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