Comentario 3×3
Por Benjamín Fernández Bogado
Una de las cuestiones electorales en la que se ha centrado gran parte de la organización de las elecciones ha sido básicamente en buscar adherentes y cobrar un subsidio para dicho propósito. Los subsidios electorales tendrían que haber llevado a formar, educar, preparar a los votantes en las bases doctrinarias de cada partido para que vayan convencidos acerca de qué es lo que están votando en cada comicios.
Sin embargo, esa parte no se agregó y hoy tenemos un montón de deudas acumuladas en los partidos políticos que no pueden hacer frente y que constituyen grandes oportunidades para grupos delictivos y personas metidas en la delincuencia para que se apoderen, secuestren y lo tomen a los partidos como parte de ellos y de la prolongación de sus negocios.
Habría que repensar con seriedad para qué sirven los subsidios electorales, dónde deberían ser usados y cómo, necesitamos una comprensión más clara del ser colorado, del ser liberal o de otros partidos y movimientos.
Si no lo tenemos, la gente estará secuestrada por los grupos delictivos o estará siendo secuestrada por las pasiones y emociones coyunturales. El Paraguay necesita madurar su democracia. La que tenemos en la actualidad es simplemente una cuestión de protocolo. Así también podríamos decir el Paraguay es un país democrático, pero sin demócratas.