Francia es un capítulo del libro de historia, política y hechos sociales del mundo occidental. donde encontramos hechos singulares que se destacan por su curiosa forma de defensa de las libertades.
Ahora Francia tiene ocupado al presidente Emanuel Macron y su gobierno por saber por qué y para qué fue hackeado el sistema de telefonía personal invadiendo la privacidad de las personas. y que de ahora en más tendrá el doble de cuidado al hacer uso de su dispositivo ya que el mismo se vio víctima de un hostigamiento virtual.
Este hostigamiento, caza, acoso es visto en el ajedrez y se conoce cómo el jaqueo, nombre adoptado por jakeadores o criminales virtuales que han logrado ingresar al telefono de Macron desde Marruecos con lo que se conoce cómo proyecto Pegasus que no aparece en cualquier momento sino nada menos que durante las elecciones presidenciales francesas. En este momento Macron está también cómo candidato de su partido denominado; la república en marcha o en francés “la république en marche” que es identificado por ser de centro derecha por sus intenciones para con el país donde se encuentra registrando una fuerte abstención por los votantes para sufragar. Es lo mismo que se habló en los EEUU en el triunfo de Trump donde se habló de intervención rusa en el proceso.
Redoblar esfuerzos
El ejecutivo francés también se encuentra moviendo sus fichas para devolver el hackeo a los marroquíes que han puesto nerviosos y ocupados al equipo del gobierno francés para hacer frente al software espía o spyware, desarrollado y lanzado por la agencia de espionaje nacional marroquí que ahora se ve frente a una abierta investigación francesa. Se habla cada vez mas del espionaje de Marruecos contra periodistas franceses a través del software de hackeo Pegasus, diseñado por la empresa israelí NSO Group.
Una herramienta que puede servir para bien o mal está siendo ahora usada para conocer y saber datos sobre el uso en particular que cada persona hace de su teléfono o portable cómo lo llaman en Francia y que ya hizo que Macron enfrentará un nuevo caso de jaqueo que amenaza las democracias en el mundo. Hay que redoblar esfuerzos para contener estos nuevos mecanismos invasivos contra una de las libertades fundamentales del ser humano: su intimidad e información.