Comentario 3×3
Por Benjamín Fernández Bogado
La inmensa cantidad de funcionarios deshonestos que han pasado por las administraciones públicas del Paraguay debería llevarnos a aprender la lección de buscar seleccionar de forma rigurosa el ingreso de personas a cargos importantes. Hay algunos que ya vienen absolutamente averiados, que en vez de tener un currículum tienen un prontuario bastante frondoso, que tiene la complicidad de la desmemoria de muchos.
Cuando vemos que alguien que haya sido encargado de la televisión pública paraguaya y sea sospechoso del trasiego de cocaína de más de dos toneladas con destino a Israel por valores superiores a US$ 600 millones, uno se pregunta cómo pudo haber ingresado alguna vez en la administración pública. Cuando vemos lo que pasó en el Indert, donde el titular ya venía con varios antecedentes nefastos, al igual que muchos de sus colaboradores y son sorprendidos en un proceso de coima, uno se pregunta ¿y cómo no se supo acerca del mismo?
Hay varios que han vuelto a la tarea ministerial luego de haber pasado por circunstancias similares, y pareciera que no terminamos de aprender. Hay algunos que inclusive han puesto en riesgo la soberanía nacional, en el caso de Itaipú, y que podrían volver a cargos ministeriales o tener cargos de responsabilidad dentro de la burocracia pública.
Necesitamos un profundo clearing, significa un control absoluto, completo, un escaneo de cada uno de los empleados públicos que tenemos, que además de ganar bien, de no ser afectados nunca ni por la pandemia, nos roban de manera descarada, se aprovechan de nuestra desmemoria y nuestra absoluta falta de rigor en sancionarlos de forma ejemplar para que nunca más intenten venir con el cuento de que quieren servirnos, cuando en realidad se sirven de nosotros.