Comentario 3×3
Una de las cuestiones más centradas durante el tiempo de pandemia ha sido la productividad del sector público. Gran parte del mismo ha sido convocado a espacios muy cortos de trabajo en oficinas y se han recluido en sus casas. Esto no ha mostrado que tiene un impacto decisivo sobre la gestión en ese campo, a pesar de que nos cuesta US$ 4000 millones anuales del presupuesto pagarles.
Ahora se inicia el período de vacaciones y hay muchos que dicen que tienen razón de reclamarlos y de vivir sus vacaciones como cualquier mortal. Solo que este año no hemos tenido las condiciones normales y los funcionarios no parecen ser mortales como cada uno de los otros.
La gran pregunta en un país con un rezago de justicia tan grande, es si jueces y fiscales deberían tener vacaciones, y los legisladores de tan escasa productividad que tuvieron esta semana que levantar la sesión debido a falta de quórum porque no se presentaron ni de manera virtual ni de manera física.
El Paraguay necesita reacondicionar el tiempo de gestión productiva con el sector que se lleva un tercio de todo el Presupuesto General de Gastos de la República. Debemos encontrar un punto de relación entre lo que se produce y lo que se cobra, y más todavía en este año, donde la gran mayoría de la población ha sido fuertemente afectada en términos económicos en el sector privado, pero han vivido confortablemente en el sector público sin ningún tipo de inconveniente a lo largo de la pandemia. Nuestros fiscales, jueces y legisladores no merecen vacaciones.