Una gran labor le sigue esperando a nuestra justicia en la investigación de los casos que involucran a los “peces gordos”.
El caso de la Fiscalía imputando a Erico Galeano es su primer caso, pero veremos hasta donde llega esta circunstancia en donde los políticos le han vuelto recordar a la Justicia de que esas cosas se arreglan a “lo mbarete”, que no tiene nada que ver lo que diga la norma o lo que lo hagan sus jueces y fiscales.
Que los políticos harán a su manera y que si “joden” los otros protagonistas, pues lo castigarán a través de los Jurados de Enjuiciamiento de Magistrados.
El hecho de no conceder el juicio político a uno de ellos, Jorge Bogarín, acusado de significativamente corrupto, es una muestra de como se maneja la justicia hasta ahora. A uno de los suyos los políticos defenderán siempre, porque es la única garantía que tienen que cuando les toque tener que enfrentar a la Justicia, alguien tenga que abogar por ellos.
Este maridaje entre la politiquería y la corrupción judicial, nos hunde a todos como república y como democracia.