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Los invisibles

“Los locos son nuestros”, decía Luis Parodi, Director de la Cárcel de Punta Rieles, Uruguay. De Parodi y de Punta Rieles podemos decir muchas cosas. Y, teniendo como Director de un Penal a un pedagogo, es toda una revolución.

En esta columna, a propósito del pasado 10 de octubre, Día Mundial de la Salud Mental, quiero recordar aquella discusión. Fue en un taller, donde abor­dábamos la problemática del encierro, intentando contestar la pregunta: Más Presos: Más Justicia?

Una de las mesas de trabajo era sobre el acceso a servicios básicos y la salud, en la cual abordamos la problemática de la salud mental. Para los penitencia­rios: internos con problema mental. Para los médicos: pacientes con problema judicial. Con el nombre que fuere, faltaba atención y cuidados especializados.

En la Penitenciaría Nacional existe el pabellón siquiátrico, el contrasentido máximo del Derecho Penal. Una persona con trastorno mental, que fuera declarada irreprochable por resolución judicial, jamás debería ser remitida a un centro penitenciario, y, sin embargo, lo es. Casos de orden judicial de cumplimiento de medida de internación, en el Pabellón Siquiátrico de Tacum­bú, abundan. Por muchos años fueron 55, aunque, de acuerdo al seguimiento procesal, eran muchos más. Ese pabellón no es un ala médica-siquiátrica, no cuenta con personal de salud mental permanente, no hay enfermeros que los controlan 24 horas. Es simplemente un lugar apartado, con control médico aleatorio. Acercándome a uno de ellos, que gritaba en el patio, agresivo, ence­rrado, le pregunté qué le pasaba, y me dijo que habían secuestrado a su señora, que la tenían escondida dentro del penal, hacía ya varios meses. La realidad era que su esposa nunca más volvió, por lo cual él pedía que la busquemos para li­berarla. Trastorno mental y privación de libertad, abandono y soledad infinita. Son seres humanos como nosotros, marginados de la sociedad, del sistema de salud, perdidos en su propia mente, y presos.

Y decía Parodi: “dejemos de discutir dónde los enviamos, los locos son nuestros, hagámonos cargo!”. Y sí Luis, hacernos cargo implicaría no dejar de soñar con un hospital penitenciario, donde estos seres humanos dejen de ser invisibles.

En un intento por afrontar la problemática, nos enfrentamos con la otra cara de la salud mental, el Hospital Neurosiquiátrico, con enormes limitaciones presupuestarias, de personal, de lugares, sin seguridad alguna para casos de pacientes “con problemas judiciales”, sin posibilidad de dar respuestas a largo plazo, más allá de la atención que puedan brindar en urgencias, devolviendo al interno a sistema penitenciario.

Equipo Periodistico
Equipo Periodistico
Equipo de Periodistas del Diario El Independiente. Expertos en Historias urbanas. Yeruti Salcedo, John Walter Ferrari, Víctor Ortiz.

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