Foto: Ministerio de Salud
De los graves problemas del Ministerio de Salud y de toda la burocracia paraguaya es indudable que una de las principales es la falta de planificación, que tiene un altísimo costo no sólo en términos económicos, sino también en costos de vidas.
En lo primero uno puede observar en la construcción del Puente en Chaco’i que ya ha tenido incrementos notables, a pesar de que en el pliego licitatorio se dijo que no podría existir ningún tipo de alza de su valor; sin embargo, eso no aconteció.
Si vamos al tema de salud, uno se pregunta si han traído vacunas Modernas de doble dosis, si no tenían en puertas recibir una segunda dosis dentro de los 42 días, es lógico que por previsión, por planificación, tendrían que haber vacunado sólo a la mitad con las dosis que recibieron, dejando la otra mitad para inocular en segundas dosis a los que recibieron la primera, pero esto que parece sencillo, tan evidente, tan palpable, no lleva adelante el Estado paraguayo en prácticamente ninguna actividad.
Va solucionando los problemas sobre la marcha, apagando incendios, como dicen la mayoría de los gerentes que llegan a cargos de ministros que el día a día va consumiendo por completo la posibilidad de visualizar cuáles son los horizontes de planificación que tendrían que ser completados.
Somos un país bastante imprevisible y no sólo el Estado, que es la nación jurídicamente organizada, sino también en la vida particular de muchos de nosotros.
Tendríamos que incluir ese proceso de aprendizaje de qué es lo que tendría que planificarse en la vida personal y colectiva como una materia obligatoria al inicio del período escolar. Seguimos aplazados en dicho rubro.