Comentario 3×3
Por Benjamín Fernández Bogado
Muchas de las cuestiones que emergen en este tiempo de cuarentena se parecen a cuando las aguas del río comienzan a bajar de manera tan dramática que muestran lo que se encontraba en el lecho del mismo. Así es posible observar la sequía del rió Paraná y una serie de autos que terminaron en el fondo del río cuando las aguas todavía se encontraban bastante altas, y vamos a ver una cosa igual en la administración pública, el Gobierno se siente contento de haber ampliado y haber creado un hospital de campaña, a un costo de casi US$ 22 millones.
Nos preguntamos por qué no se hizo eso cuando se debiera hacer, y cuando en el presupuesto estaban asignados los recursos, por qué a nadie le importó la cuestión de la salud, por qué a nadie le importó la cuestión educativa, ahora que estamos sin clases casi por 2 meses y no hay una pálida idea cómo hay que hacer para mover el conocimiento a un millón quinientos mil de nuestros niños que están con clases prácticamente cesadas desde el 11 de marzo.
Es el tiempo de centrarnos a trabajar en lo que realmente corresponde y hacer un país que se compadezca primero con su realidad, y segundo con la propia realidad. El Paraguay sigue gastando un montón de plata en una presidencia del ferrocarril a la que le da el ropaje de ser una Sociedad Anónima.
El presidente del ferrocarril todas las mañanas debe despedirse de su esposa y decirle que va al trabajo, pero del trabajo no hay tren, no hay vías, no hay pasajeros, no hay estación, pero lo único cierto es que cada fin de mes el presidente del ferrocarril y sus colaboradores cobran una importante cantidad de recursos. Esto parece una parte del escritor del absurdo Kafka que escribía sobre estos temas, solo que es real, no es una novela y nos cuesta muchísimo dinero.