En medio de las difíciles circunstancias por la que atraviesan las más de 100 personas sepultadas bajo los escombros de las torres de Miami, ahora han sido detonadas las que se encontraban contiguas por el peligro que corrían ante la amenaza de un huracán y también la vida de aquellos que estaban buscando aún personas con vida, entre ellos una familia paraguaya.
Lo que notamos detrás de todo esto es que ahora ya reconocen que prácticamente los desaparecidos pueden ser calificados como muertos y van a sacar los escombros y colocarlos en algún sitio para identificar a las víctimas dentro de lo posible, como aconteció cuando se dio la caída de las Torres Gemelas en Nueva York.
Grave circunstancia para un país que celebró 245 aniversario de su fecha de independencia, afirmando que el Covid ya es historia y que con la vacunación de casi el 60% de la población pueden gritar victoria después de haber perdido más de 600 mil estadounidenses.
Un país que se enfrenta también a graves derroteros en términos de rectificar rumbos y especialmente de clarificar propósitos, buscando que la dignidad de las personas sea el elemento central no solo en la vida de ellos, sino también en la vida de otras naciones que tienen una importante relación con ellos de tipo económico, social y político.
