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Los cielos de la droga

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Los narcovuelos transitan impunes por el espacio aéreo paraguayo

La telenovela de los escáneres que no detectan nada y de los radares que no identifican aviones lleva ya varias décadas. Desde los albores de la vida democrática se expuso reiteradamente la necesidad de vigilar celosamente el cielo paraguayo. Fue en 1990 cuando una avioneta con más de 300 kilos de cocaína bajó en el norte del Chaco, su piloto detenido y la carga decomisada, la captura de drogas más grande jamás hecha hasta entonces. Desde aquel año y hasta ahora no se ha podido, sabido o, casi seguro, querido articular un dispositivo de patrullaje aéreo que haga inviable el espacio aéreo paraguayo para las operaciones del narcotráfico.

En la jerga de los pilotos, los radares paraguayos apenas sirven para espantar mosquitos. Esta ocurrencia nace del fastidio que provoca la cadena de errores (¿?) cometidos intentando instalar esos dispositivos. En 2017 DINAC había comprado un radar secundario para ser plantado en Concepción. Era un equipo definido como 3D+SSR capaz de detectar aviones en vuelo y determinar su posición en condiciones meteorológicas extremas y superando incluso interferencias de origen humano. Pasaron cinco años y hasta ahora no ha entrado en servicio. Se dice que el artefacto no está completo, que le falta esto y aquello. La DINAC lo pasó a la Fuerza Aérea, ésta a la Armada y así, de mano en mano, el bendito radar sigue embalado o montado a medias. Mientras tanto, los “vuelos de la droga” como los bautizara un diario porteño, parten de Perú con una carga promedio de 400 kilos de cocaína, atraviesan toda Bolivia, entran a territorio paraguayo en donde hacen su reabastecimiento de mitad de ruta para internarse finalmente en la Mesopotamia argentina y llegar a las costas del Atlántico con reembarque hacia Europa. Se estima que esos vuelos introducen, solamente a Argentina, unos 48.000 kilos anuales de clorhidrato de cocaína.

Si alguna vez estos radares sirven para identificar los vuelos de la droga, tampoco se podrá hacer gran cosa ya que carecemos de aviones capaces de interceptarlos y obligarlos a bajar en sitios apropiados para neutralizar la carga y apresar a las tripulaciones. Para esta fase se requiere equipos especiales, personal entrenado y una red de alerta que cubra todo el territorio. Todo eso está muy lejos de concretarse. Seguimos siendo tierra de nadie para los traficantes de la muerte.

Equipo Periodistico
Equipo Periodistico
Equipo de Periodistas del Diario El Independiente. Expertos en Historias urbanas. Yeruti Salcedo, John Walter Ferrari, Víctor Ortiz.