En la pandemia se ponen a cuestión varios tópicos entre ellos la liberación de las patentes que deben hacer los laboratorios estadounidenses y de otros países a las vacunas que están siendo comercializadas y distribuidas a nivel global y que no son suficientes para contener la expansión del coronavirus. Se ha inoculado a un billón de personas pero somos 7.
Las patentes en el código farmacéutico son los códigos del invento y esto tiene su costo económico, valor que no tiene la salud humana y menos su vida. Ahora el nuevo presidente del gigantesco EE UU que concentra la mayor cantidad de afectados, por el virus sugiere a la OMC liberar las patentes para ser más efectivos en la lucha contra la covid. Requiere la anuencia de los 164 miembros de la Organización mundial del comercio para ello.
En el Paraguay solo tienen vacunas aseguradas los futbolistas que han sido vacunados en la semana con una donación de la Conmebol mientras los “comunes” luchan por su salud en hospitales atiborrados de enfermos e internados.
UN RETO GLOBAL
Katherine Tai, la ministra de Comercio de Estados Unidos ha dicho que ningún país puede protegerse de la pandemia “aislandose” sino todo lo contrario, hay que vencer al Covid de manera global. Así cómo hemos visto y sentido la fuerte velocidad e intensidad del covid 19 en el mundo también cómo habitantes de este planeta debemos recurrir a nuestra inteligencia y fuerza voluntaria no solo para actividades oníricas sino para temas cruciales cómo el cuidado de la salud y la protección de la vida para controlar la bomba de tiempo que se encuentra en cada país. Algunos en cada continente ya han despedido a miles de asfixiados en su cuerpo cuando pudo haber sido posible de antemano tomar las medidas que debieron hacer pero no lo hicieron en tiempo ni en forma.
Si bien las donaciones alivian los problemas de algunos países pero no controlan la expansión del covid que ya no es solo por la falta de vacunas sino por responsabilidad humana, otro factor para notar que no solo los gobiernos no tratan lo importante de sus países sino también esté en la consciencia de sus habitantes que no entienden el poder positivo que tiene el aislamiento, tapabocas y espacios aseados para ir contra el poder negativo del virus.
La movida de Biden es un paso trascendente que puede cambiar la lógica siniestra del covid y puede acelerar el retorno a la “normalidad” en el mundo. Falta mucho y con ritmo de compra y venta de vacunas desde sus laboratorios de origen no alcanzaremos la meta. Cuando más temprano se retorne a la normalidad mejor para los países productores de vacunas y aun mejor para nosotros que rechazamos ahora la vacuna inglesa de AstraZeneca-Oxford porque según el ministro de Salud Borba “la gente no quiere” ese biológico.
Requerimos una nueva marcha hacia el final de esta pandemia y levantar las patentes es un primer paso muy importante en la búsqueda de la claridad al final del túnel.
