Por Benjamín Fernández Bogado
Una de las cuestiones imaginativas sobre las que se sostiene gran parte del debate paraguayo y sobre la “nostalgia del pasado”. Todos todavía recuerdan los inicios del ferrocarril allá en la segunda mitad del siglo XIX y el orgullo que eso representó para nosotros. Ahora existe oficialmente y en el Presupuesto General de Gastos de la Nación, una entidad que regula la cuestión ferroviaria paraguaya. Sólo que no existen ni vías, ni trenes, ni operarios. Están allí. Nos cuestan millones de guaraníes por mes y millones al año, pero sin embargo no mueve ningún tren. Y cuando hace un informe saca en portada un tren de alta velocidad que existe en los países europeos que son capaces de recorrer 500 kilómetros por hora.
Eso no existe más que en la imaginación, como la que tiene el director de la Dinac, que dijo que registró el nombre de Líneas Aéreas Paraguayas (LAP) y tiene el proyecto de moverla de nuevo, como si esa fuera la actividad que deba llevar adelante la Dinac. Esa no es una tarea de esta organización. Esto tendría que decirlo el Ejecutivo y plantearlo en condiciones que deben ser muy creativas y novedosas, ya que más del 90 por ciento de los aviones y las compañías aéreas están en el suelo o están en bancarrota. Tenemos que ser realistas y plantear las cosas que realmente podemos hacer y no lanzar ideas como éstas, que nos traen el recuerdo de un pasado cada vez más remoto que nos vuelve aún más miserable en las condiciones actuales.
