La concertación opositora ha unido a un viejo luchador contra la mafia con alguien que ha sido ministra de quien el propio Alegre considera el jefe de la mafia. No va a ser una tarea difícil para ellos conquistar los espacios naturales, lo que habría que mirar es si van a sumar los números suficientes para alcanzar la Presidencia de la República en abril del próximo año.
Alegre tendrá que demostrar una capacidad de gestión y fundamentalmente un nivel de articulación muy superior a la que ha mostrado hasta ahora en su vida política, y Soledad Núñez tendrá que hacer un mea culpa bastante claro contundente que convenza a la gente de que ella no es una infiltrada del cartismo, debe ser una tarea concreta y cierta que lleve a tener la posibilidad que el sector urbano que es lo que busca el votante de Alegre que sume Soledad Núñez, realmente sea concreto y real.
Lo que estamos notando son jugadas estratégicas, tácticas, pero lo que no vemos es que exista una verdadera voluntad de alcanzar aquello que movilice a la gente, lo que necesita el electorado paraguayo es de figuras creíbles y fundamentalmente con un discurso coherente. Hemos tenido a lo largo de todo este tiempo democrático demasiados ejemplos de incoherencia al punto que sus referentes se han tornado en piezas vitales del ajedrez político paraguayo.
Les da igual ser liberal y luego colorado y luego condenar los dos, o aquel que viene del socialismo y acaba en la derecha y viceversa, esa cuestión de los trashumantes en la política tiene que ser dejado a un lado para que la misma, la política, recobre confianza del electorado y que la democracia gane en calidad.