Este es uno de los infinitivos verbales que mas escuchamos desde nuestra infancia hasta las llamadas de atención en la universidad o trabajo por no haberlo puesto en práctica. Leer para entender, para vivir,para ser, para expresar lo que sentimos y para cumplir bien nuestra tarea. En Francia se da uno de los discursos más resaltantes acerca de la importancia de la lectura hecho no por un maestro, docente o encargado de educar por el ministro de finanzas Bruno Le Maire quien explicó porqué había que leer más. En Paraguay como promedio se leen 25 páginas de un libro anualmente!.
El francés dice en su alegato, que la lectura es un placer inmenso que va a desarrollar la imaginación y un mundo inmenso de posibilidades.. Curiosamente son palabras de una persona dedicada a las finanzas que imaginamos no dedica su tiempo a hojear páginas de un libro mucho tiempo, lo que a su vez nos enseña que no debe segmentarse a la gente por sus títulos y trabajo.
Hoy día el mundo con su teléfono en mano puede leer lo que, cuando y donde quiera sin que existan obstáculos ni de idiomas lo que permite hacer del verbo leer un hábito más practicado y dejar de lado cómo indica L Maire; el abuso de las pantallas y redes sociales. Esta fascinación por las pantallas táctiles pueden ser una pérdida de tiempo y oportunidad que nos ofrecen las páginas de un libro de hacer volar nuestra imaginación guardando datos en nuestro disco duro, no virtual sino real que se encuentra en el cráneo. Ese que puede ser útil para proyectos particulares o colectivos. Lo que Le Maire resalta en su discurso que ya es viral en la red es; “ no saben el placer que van a sentir dedicar un tiempo para leer lo que esté en sus manos”.
Las ideas nos esperan
La lectura ayuda a la compresión de textos, mejora la gramática, el vocabulario y la escritura de las personas. Además el leer abre las puertas al conocimiento y da alas a la inspiración e imaginación, algo que muchas veces se pierde con la inmensa cantidad de imágenes que toman el tiempo de la navegación por las nuevas tecnologías. El ministro galo termina su alegato diciendo que la literatura y los libros nos permitirán descubrir hasta qué punto somos únicos.
Aunque las vacaciones sean tiempos de descanso, nuestra mente continúa curiosa por saber y conocer más, vacacionar no solo son momentos para practicar tareas poco o nada sanas para nuestra vida sino para subirse a cualquier nave que nos haga usar los ojos para dar vida al verbo clave del pensamiento, la reflexión y el conocimiento, el leer. Cuantas historias esperan ser deslindadas y cuantos misterios de nuestro interior desean ser resueltos. Es solo cuestión de conjugar el infinitivo clave: leer.