Foto: Revista Mandu’a
Las grandes obras del país, además de no ser fiscalizadas de forma correcta, tienen el otro grave problema que cuando se licitan no se otorgan realmente a las empresas que van a realizar dicha tarea, sino las que consiguen la licitación por antecedentes en otros países, terminan dando la obra a empresas tercerizados que no necesariamente están preparadas ni capacitadas para realizar la misma.
Si sumamos el hecho de que cuando termina una licitación y se coloca con claridad que no puede incrementarse un solo guaraní por encima de lo establecido y vemos como el caso del Puente de Chaco’i, que ya se incrementó antes incluso de iniciarse, nos damos cuenta de cómo opera la llamada mafia vialera en complicidad con el Estado paraguayo, que puede colocar a un pastor como Wiens para tratar de evitar que siga siendo la referencia de la corrupción, pero en poco tiempo el pastor pasa a ser parte de lo mismo que se condena.
Es el tiempo de mirar con atención, porque ahí hay miles de millones de dólares nuestros que van sin ningún tipo de control, y para colmo, cada día nos sorprendemos de que hay puentes que se caen, asfaltados, que se hunden y no decir otras cosas más que vuelven no solamente gravoso el tránsito por dichas arterias, sino altamente peligroso para cada una de las personas.