Comentario 3×3
Por Benjamín Fernández Bogado
Una de las cuestiones sobre las que cotidianamente venimos insistiendo son las grandes dificultades de ponernos de acuerdo acerca de lo que debemos enseñar y lo que tenemos que aprender.
Nos distraemos en cuestiones de carácter administrativo o que tienen que ver con la financiación de la educación, y no sobre qué es aquello que queremos enseñar, y qué es aquello que ya sabemos, sobre las cuales nuestras habilidades podrían ser mejoradas en un mundo competitivo.
Hay grandes luchas de poder detrás de la educación y cuando se coloca a ella en esa referencia de las cuestiones religiosas, de las cuestiones económicas, de las cuestiones materialistas, y no se coloca al saber y al conocimiento como el centro y al sujeto como elemento sobre el que habría que trabajar de manera consistente, cualquier cuestión que se haga no pasa de ser meramente egoísta y contrario a los intereses del país.
Se pelean todos usando el pretexto de la educación, pero ninguno tiene en claro qué es lo que la educación debería hacer para sacarnos de la situación de postración en la que nos encontramos.
Nos quejamos de que no tenemos democracia porque, entre otras cosas, no sabemos lo que sabemos y por lo tanto no podemos enseñar lo que realmente se necesita para mejorar nuestras capacidades y habilidades.
