El delicado tema de conseguir vacunas no tiene que ser sujeto de ninguna campaña electoral. Está muy mal que el candidato a intendente de Asunción, Nenecho Rodríguez,
prometa 500.000 dosis de vacuna de una compañía desconocida en Ucrania y que otros colegas suyos también hayan hecho lo mismo.
No hay que joder con el tema de las ilusiones de la gente. Los políticos han venido prometiendo cosas que nunca cumplieron a lo largo de todo este tiempo. Muchos han dicho un montón de cosas durante la campaña, pero cuando llegan al cargo se olvidan, no recuerdan o simplemente no tienen la voluntad de llevar adelante.
En este momento en que no hay ninguna promesa que movilice a los prosélitos, comienzan a usar el tema de las vacunas y la utilización de las mismas con fines electoralistas, que es de lo más despreciable que uno puede tener y observar en democracia.
No hay que dejarse llevar por este tipo de promesas. Hay que exigir a los filibusteros y mentirosos que digan de dónde y cómo sacarán, cuando en el mundo sólo se comercializan las vacunas de Estado a Estado.
Si ya tenemos este Estado bastante inútil e incompetente que ha prometido ya casi 25 millones de vacunas pero no alcanzó ni 200 mil entre regalos y de a puchito, no le crean a los que sigan mintiendo en torno a las vacunas que van a llegar.