Para un desgastado y bastante flojo Ministerio de Salud, toca ahora la oportunidad de la inoculación de las muestras enviadas por los rusos para los internistas, aquellos que se encuentran en la primera línea de la lucha contra el Covid-19.
Las vacunas rusas comenzaron a ser inoculadas en el país y hay muchas dudas en torno a cuál será el sistema de distribución más justo y honesto que tengamos en esta oportunidad.
Nos parece absolutamente prioritario el sector médico y, posteriormente, a las personas que tengan edad de riesgo y también condiciones que las vuelvan mucho más vulnerables.
Uno de los éxitos que ha tenido el Paraguay ha sido su población joven. El hecho de que el 60 % de la población fuera menor de 30 años es un hándicap extraordinariamente favorable a los intereses del país.
Ahora habría que disminuir los números de cantidad de personas fallecidas que ya superan los 3.000 y los niveles de contagio que están por encima de 1000, según las muestras tomadas por el Ministerio.
El grave desafío será evitar lo que ha sido la constante en varios países sudamericanos, gente que se salte de las filas y terminen siendo privilegiadas en la vacunación por encima de otras personas que tendrían que estar primeras.
Eso ha pasado en el Perú, también en la Argentina y con la historia que tenemos en el país de desigualdades, de injusticia y de ejercicio del poder en forma absolutamente discriminatoria a los niveles de justicia, no será nada raro que tengamos noticias de nuevo de hechos que entorpezcan mucho la tarea de enfrentar al Covid con éxito y le coloquen un manto más de pintura a la notable cantidad de corrupción que tenemos en el país.